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Las cifras publicadas por el Ministerio de Salud indican que Jerusalem tiene actualmente el mayor número de contagios de la enfermedad COVID-19 del país.

La capital registra 1.424 personas diagnosticadas positivamente con el virus.  La ciudad ultraortodoxa de Bnei Brak, cercana a Tel Aviv, le pisa los talones con 1.323 casos confirmados, y es la primera que ha sido declarada como “zona restringida” por el Gobierno.

En fuerte contraste la segunda ciudad más poblada del país, Tel Aviv, que tiene apenas 387 casos confirmados.

Le sigue Ashkelon con 207 casos; Petaj Tikva, 167; Elad 163; Rishon Letzíon, 149; Beit Shemesh, 148; Modiin Illit 145 y Natania, 141.

Pero el asentamiento de Efrat en Judea y Samaria (Cisjordania) con 63 casos confirmados es la localidad con mayor número infectados en proporción con el número de habitantes.

Mientras tanto, se ha reportado que un comité ministerial estaría por definir nuevas áreas restringidas en las zonas más afectadas por la pandemia e imponer otras medidas para tratar de contener su propagación.

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"Según la Biblia, Jerusalem era la capital del Estado unido de (los reyes) David y Salomón, alrededor del año 1000 a.c.. Históricamente, comprobado por evidencia arqueológica, fue la capital del Estado hebreo de Judea poco después de esa fecha, el sitio del templo judío en el Monte del Templo y así permaneció hasta que fue conquistada y destruida por Nabucodonosor II, rey de Babilonia, en el año 586". 

Después la presencia hebrea allí fue restaurada por Ciro II el Grande de Persia hasta la conquista por parte de Alejandro Magno, aunque el templo siguió siendo el centro de la vida judía hasta que intentó destruirlo Antíoco IV Epífanes, un rey de la dinastía Seléucida cuya represión aceleró una rebelión por parte de los judíos.

"Jerusalén fue la capital de un Estado judío independiente con los macabeos, que entonces era un reino satélite de Roma bajo Herodes el Grande, quien reconstruyó el segundo templo que luego fue destruido por Tito en el año 70 D.C., cuando tomó control de la ciudad y ordenó la expulsión de los judíos".

"En el siglo II, Adriano intentó destruir la Jerusalén hebrea y colocó un templo idolatra en el lugar del templo judío. Lo que llevó a una amplia revuelta que fue reprimida por el emperador, quien volvió a expulsar a los judíos y renombró a Jerusalén y a Judea con el nombre de los enemigos bíblicos de los hebreos: los filisteos".

"Desde aquel momento, los judíos han reverenciado ese lugar y han orado en torno al muro del templo destruido. Habiéndola tenido por algunos momentos bajo su control, los judíos han soñado y han anhelado volver a Jerusalén… hasta que en el siglo XIX comenzaron a emigrar a Palestina. Desde 1880 ha habido una mayoría judía en Jerusalén".

Hoy en día, el estado de Israel está rodeado por naciones hostiles que desean acabar con su existencia. La Biblia predijo hace mucho tiempo que esto ocurriría (vea Salmo 83:3-5). Para comprender hacia dónde se dirigen los acontecimientos, usted debe entender algo acerca de los antecedentes históricos y proféticos de Israel.

En la Biblia, el nombre Jerusalén no solo representa a la ciudad geográfica en sí, sino que frecuentemente se usa también para referirse simbólicamente al pueblo de Israel como un todo. Esta capital histórica continúa siendo la ciudad más disputada de la Tierra, habiendo caído bajo fuerzas invasoras más de 20 veces a través de su historia registrada.

El territorio en el cual se encuentra el estado de Israel, incluyendo Jerusalén, fue una vez la antigua Canaán, la tierra a la cual Dios envió al patriarca Abraham unos 4.000 años atrás. Se ubica en la encrucijada de tres continentes: Asia, África y Europa.

Más de 2.500 años atrás, Dios le reveló al profeta Daniel que la tierra de su pueblo sería disputada a lo largo de los siglos venideros.  Para comprender las implicaciones globales de ello, tenemos que examinar Daniel 11, la profecía continua más larga de la Biblia, que cubre los eventos en la región desde los días de Daniel hasta la futura venida de Jesucristo.

Los primeros 35 versículos de Daniel 11 nos entregan los antecedentes históricos, y constituyen un relato preciso y detallado acerca de lo que le ocurriría al pueblo de Judá en la Tierra Santa en los siglos subsiguientes. La profecía predijo que ellos se verían en medio de un conflicto entre la dinastía ptolemaica de Egipto, en el sur de Judá, y los seléucidas de Siria, por el norte.

Los gobernantes de estos reinos descendían de dos de los cuatro generales que dividieron el Imperio greco-macedonio después de la muerte de Alejandro Magno, cuyos abusos fueron vaticinados con anterioridad en el libro de Daniel. Estos dos generales fueron los reyes “del norte” y “del sur” originales mencionados en Daniel 11, seguidos posteriormente de gobernadores profetizados que asumieron el control de estas regiones. 

JERUSALEN es una ciudad situada en una meseta en las montañas de Judea entre el Mediterráneo y el Mar Muerto. Una de las ciudades más antiguas del mundo, Jerusalén fue nombrada como "Urusalima" en las antiguas tablas cuneiformes de Mesopotamia, que probablemente significa "Ciudad de Shalem" después de una deidad cananea, durante el período cananeo temprano (aproximadamente 2400 aC). Durante el período de Israel, la actividad significativa de construcción en Jerusalén comenzó en el siglo IX aC (Edad de Hierro II), y en el siglo VIII la ciudad se convirtió en el centro religioso y administrativo del Reino de Judá. Se considera una ciudad santa en las tres principales religiones abrahámicas del judaísmo, el cristianismo y el islam. Los israelíes y los palestinos reclaman a Jerusalén como su capital, ya que el Estado de Israel mantiene allí sus principales instituciones gubernamentales, mientras que el Estado de Palestina finalmente prevé la ciudad como su sede de poder; sin embargo, ninguno de los reclamos es ampliamente reconocido internacionalmente.

Durante su larga historia, Jerusalén ha sido destruida al menos dos veces, asediada 23 veces, atacada 52 veces, y capturada y recapturada 44 veces. La parte de Jerusalén llamada la Ciudad de David se estableció en el 4to milenio BCE. En 1538, se construyeron muros alrededor de Jerusalén bajo Suleiman el Magnífico. Hoy esos muros definen la Ciudad Vieja, que tradicionalmente se ha dividido en cuatro barrios, conocidos desde principios del siglo XIX como los barrios armenio, cristiano, judío y musulmán. La Ciudad Vieja se convirtió en Patrimonio de la Humanidad en 1981, y está en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. La Jerusalén moderna ha crecido mucho más allá de los límites de la Ciudad Vieja. De acuerdo con la tradición bíblica, el Rey David conquistó la ciudad de los jebuseos y la estableció como la capital del Reino Unido de Israel, y su hijo, el Rey Salomón, comisionó la construcción del Primer Templo. Estos eventos fundacionales, que se sucedieron en los albores del primer milenio aC, asumieron una importancia simbólica central para el pueblo judío. El apodo de ciudad santa  probablemente se adjuntó a Jerusalén en los tiempos posteriores al exilio. La santidad de Jerusalén en el cristianismo, conservada en la Septuaginta que los cristianos adoptaron como su propia autoridad, fue reforzada por el relato neotestamentario de la crucifixión de Jesús allí. En el Islam sunita, Jerusalén es la tercera ciudad más santa, después de La Meca y Medina. En la tradición islámica en 610 CE se convirtió en la primera qibla, el punto focal para la oración musulmana (salat), y Mahoma hizo su Viaje Nocturno allí diez años más tarde, ascendiendo al cielo donde habla a Dios, según el Corán. Como resultado, a pesar de tener un área de solo 0.9 kilómetros cuadrados (0.35 millas cuadradas), la Ciudad Vieja es el hogar de muchos sitios de importancia religiosa seminal, entre ellos el Monte del Templo con su Muro Occidental, Cúpula de la Roca y al-Aqsa Mezquita y la Iglesia del Santo Sepulcro. Fuera de la Ciudad Vieja se encuentra la Tumba del Jardín.

Hoy, el estado de Jerusalén sigue siendo uno de los temas centrales en el conflicto israelí-palestino. Durante la Guerra árabe-israelí de 1948, Jerusalén Occidental se encontraba entre las áreas capturadas y posteriormente anexionadas por Israel, mientras que Jerusalén Oriental, incluida la Ciudad Vieja, fue capturada y luego anexada por Jordania. Israel capturó Jerusalén Oriental desde Jordania durante la Guerra de los Seis Días de 1967 y posteriormente la anexó a Jerusalén, junto con el territorio circundante adicional. Una de las leyes básicas de Israel, la Ley de Jerusalén de 1980, se refiere a Jerusalén como la capital indivisa del país. Todas las ramas del gobierno israelí están ubicadas en Jerusalén, incluida la Knesset (parlamento de Israel), las residencias del primer ministro y presidente y la Corte Suprema. Mientras que la comunidad internacional rechazó la anexión como ilegal y trata a Jerusalén Este como territorio palestino ocupado por Israel, Israel tiene un reclamo más fuerte de soberanía sobre Jerusalén Occidental. La comunidad internacional no reconoce a Jerusalén como la capital de Israel, y la ciudad no alberga embajadas extranjeras. Jerusalén también alberga algunas instituciones no gubernamentales israelíes de importancia nacional, como la Universidad Hebrea y el Museo de Israel con su Santuario del Libro. En 2011, Jerusalén tenía una población de 801,000, de los cuales los judíos comprendían 497,000 (62%), los musulmanes 281,000 (35%), los cristianos 14,000 (alrededor del 2%) y 9,000 (1%) no estaban clasificados por religión.

 

La Escritura tiene al menos 170 referencias a la tierra que Dios le dio a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Dios prometió la tierra de Canaán a los judíos como un pacto incondicional; 55 veces la Biblia registra que Dios confirmó el regalo con un juramento. Doce de esas veces Él declaró que el pacto era eterno.

Joel 3:1-2  

Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra.

Joel habla sobre la futura restauración de Israel y el juicio de Dios sobre todas las naciones del mundo; ese juicio incluirá la gran batalla de Armagedón. que precede al reinado de Cristo sobre la tierra.  (Apocalipsis 16;16)

Zacarías 14

      Jerusalén y las naciones

He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.  Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre. Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente. Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia. Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos. Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos. En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar. Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos.

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